Mérida, la capital yucateca en búsqueda del urbanismo sustentable

Mérida, la capital yucateca en búsqueda del urbanismo sustentable

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Introducción

¿Qué tan complicado y pausado es el cambio hacia un urbanismo sustentable? ¿Y cuáles han sido los avances de la ‘Ciudad Blanca’? Son numerosas y complejas las problemáticas globales que vivimos en la actualidad, desde el Cambio Climático hasta la contingencia sanitaria por el Covid-19, y en muchas de ellas las diversas escalas de diseño juegan un papel fundamental, incluyendo al interdisciplinario diseño urbano.

En un contexto histórico donde más de la mitad de la población del planeta habita en las ciudades, es indispensable que los centros urbanos estén apegados a los esfuerzos de cooperación internacional que actualmente se enfocan hacia el desarrollo sustentable y que de esta manera generen una planificación inteligente con acciones que promuevan ciudades y comunidades responsables con el medio ambiente, la sociedad y la economía (Heywood, 2015).

Fenómenos internacionales como la globalización y los veloces avances tecnológicos y científicos han hecho que el mundo de la actualidad sea más complejo que nunca. Las ciudades son elementos en muchas ocasiones caóticos, por lo que es relevante conocer su pasado para entender su presente y actuar todos los días para mejorar su futuro.

El diseño urbano engloba numerosos términos como el espacio público, la movilidad urbana, la infraestructura verde y la arquitectura, por lo que es importante conocerlos, entenderlos y aplicarlos correctamente si pretendemos asegurar la habitabilidad de las actuales y futuras generaciones. Tomando en cuenta estos conceptos este ensayo tiene como propósito analizar las acciones de los sectores público, privado y de la sociedad civil que se han implementado en la capital de Yucatán para lograr una planeación y un desarrollo urbano sustentables.

Al enfocarse en la ciudad de Mérida este ensayo pretende ser una herramienta de concientización para que las meridanas y los meridanos que viven y transitan todos los días esta urbe puedan tener un conocimiento introductorio sobre las acciones que está tomando cada sector en la búsqueda de una ciudad sustentable y que evidencian la urgencia de sumarse con acciones individuales a los esfuerzos de alianza global para contrarrestar las problemáticas actuales.

Desarrollo

Las décadas pasadas han generado grandes y destacadas acciones de cooperación internacional que han logrado juntar a expertos en temas de sustentabilidad para aplicar esta clase de desarrollo en cada más sectores e industrias. El desarrollo sostenible o sustentable es un concepto complejo y holístico y, a pesar de que su historia es extensa, fue definido por primera vez de manera concreta en La Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas de 1987 donde Brundtland (1987) lo estableció como el “desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” (p.41). Aunado a esto, este tipo de desarrollo debe contemplar y ser responsable en los tres pilares de la sustentabilidad: lo social, lo económico y lo medioambiental.

Desde el comienzo del siglo XXI más del 50% de la población mundial habita en las ciudades, y estas son responsables del 75% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, siendo el 50% de ese porcentaje proveniente de los edificios y el 25% del transporte (Heywood, 2015). Teniendo en cuenta que más del 80% de la energía mundial aún proviene de combustibles fósiles, Páez (2009) indica que “los conceptos de sostenibilidad urbana y transición energética suelen relacionarse con la búsqueda y gestión de alternativas para superar la crisis ambiental” (p.1).

Varias décadas han transcurrido desde que los avances científicos y tecnológicos en materia energética presentaron cuáles son las alternativas a seguir para contrarrestar las problemáticas ambientales: las fuentes de energía renovables y limpias. De no realizar esta y otras acciones de transición nunca lograremos detener una situación preocupante que Heywood (2015) explica de la siguiente manera:

Es probable que el calentamiento global motive un incremento del consumo energético, pues se genera un círculo vicioso de consecuencias impredecibles: a medida que las condiciones climáticas se hacen más extremas, se dispara el consumo energético, que, a su vez, conlleva a mayores emisiones de gases de efecto invernadero, lo cual conduce a nuevos cambios en el clima.(p. 42).

Retomando los magníficos ejemplos de cooperación internacional, el más reciente de ellos es La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Esta hoja de ruta es impulsada por 17 Objetivos, 169 Metas y 232 Indicadores y su naturaleza holística requiere de numerosas transformaciones que nos incitan a actuar arduamente en todo el mundo en torno a cinco pilares: personas, planeta, prosperidad, paz y alianzas (Organización de las Naciones Unidas, 2015).

Pasando de lo general a lo específico, el estado de Yucatán actualmente es presidido por el gobernador Mauricio Vila Dosal y bajo su mandato se han implementado diversas políticas públicas en pro de la sustentabilidad principalmente a través de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) y el Instituto de Movilidad y Desarrollo Urbano Territorial (IMDUT), ya que estos se encargan de diseñar, implementar y evaluar instrumentos de planeación en materia de desarrollo sustentable urbano y de movilidad. 

Uno de los esfuerzos más recientes del gobierno del estado es el Plan de Infraestructura de Ciclovías, presentado en 2020 con el objetivo de brindar a la capital Mérida 71.7 km nuevos de andadores para medios de transporte no contaminantes como las bicicletas, iniciativa que ha sido respaldada por organizaciones y empresas locales, pero que a la vez ha generado desacuerdo por parte de algunas organizaciones civiles de Paseo de Montejo (Chan, 2020), vialidad con gran historia y popularidad en la ciudad que se encuentra dentro de los planes de este plan para mejorar la movilidad urbana sustentable.

Procediendo con las labores implementadas de manera municipal, el gobierno local es evidentemente la instancia que más acciones realiza a favor de la sustentabilidad e incluso ha llegado a recibir premios y reconocimientos internacionales, debido a que tiene muy presente que el desarrollo sustentable es la prioridad de nuestros tiempos y que, tal como lo establece Ramírez, “la habitabilidad como hecho social vincula al ámbito físico espacial con los ciudadanos que lo habitan” (2016, p. 297). Es por estos motivos que el actual alcalde Renán Barrera Concha incita a la población meridana a generar mediante la colaboración ciudadana una ‘Mérida de 10’.

Una de las acciones locales más importantes fue la creación del programa Mérida Sustentable, la cual es dirigida por la Unidad de Desarrollo Sustentable del Ayuntamiento de Mérida pero que involucra alianzas con empresas privadas y organizaciones no gubernamentales. En esta plataforma la ciudadanía puede encontrar extensa información educativa y de interés relacionada con el consumo responsable y la cultura de responsabilidad con el medio ambiente. Su sitio web brinda información sobre acciones tales como el Plan de Infraestructura Verde, las campañas de adopción de árboles, las Cruzadas Forestales anuales como la de 2020 donde se sembraron veinte mil árboles, la Bici Ruta, las Reservas Naturales cercanas, los incentivos de apoyo a paneles solares residenciales y muchos otros temas.

Dentro de este programa cabe destacar las acciones tomadas para el manejo responsable de los residuos inorgánicos. En Mérida existen 5 Megas Puntos Verdes (Plaza Akropolis, Parque de la Alemán, San Marcos Sustentable, Jardín Bepensa y Parque Tabentha) y numerosos Puntos Verdes, en estos centros de acopio la ciudadanía que practica un consumo responsable puede entregar residuos inorgánicos tales como plásticos PET, PP 5 y HDPE 2, cartón, envases de vidrio, tetrapack, latas de aluminio y fierro, aceite comestible, baterías, bolsas de plástico y electrónicos pequeños y medianos. Esta acción es posible gracias a una alianza con las empresas recolectoras y recicladoras Ocean Green y Bepensa, y sin duda representa un gran aporte a las 7 R’s de la economía circular: Rediseñar, Rechazar, Reducir, Reutilizar, Redistribuir, Reparar y Reciclar.

La ciudad cuenta también con el Instituto Municipal de Planeación de Mérida (IMPLAN) que se encarga de elaborar proyectos, propuestas y documentos oficiales de planeación y desarrollo. Esta instancia es responsable del Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable, el Sistema de Gestión de Espacios Públicos y el Programa Municipal de Desarrollo Urbano de Mérida (PMDU), iniciativas que han tenido muy presente la participación y retroalimentación ciudadana.

El gobierno local es consciente de que el espacio público ha adquirido una relevancia significativa en la habitabilidad de las ciudades (Ramírez, 2016), por lo que se han construido numerosos parques públicos a lo largo de la ciudad. Aunado a esto, Mérida es una de las capitales culturales más importantes de México por lo que respecto a este tema y con el fin de embellecer cuatro glorietas en diversas zonas de la urbe, las Direcciones de Cultura, Obras Públicas y Desarrollo Urbano convocaron en 2019 el 1er Concurso Internacional de Arte Público en Glorietas y Espacios Públicos, una iniciativa que desafortunadamente fue declarada desierta al no conseguir la cantidad necesaria de propuestas para continuar con la votación pública establecida en la convocatoria.

Una vez expuestas estas acciones principalmente enfocadas al urbanismo e impulsadas por parte del sector público, es necesario finalizar recordando el impacto que tiene la escala de diseño de la arquitectura con la del diseño urbano, ya que todo proyecto arquitectónico, sobre todo si es de gran escala, debería entender, respetar y adaptarse a su contexto urbano, y de ser posible contribuir al espacio público a la ciudad.

En los últimos años en numerosos sectores e industrias se han implementado certificaciones para corroborar el desarrollo de proyectos sustentables, mismas que de igual manera están presentes en la arquitectura y que en este caso tienen el objetivo de avalar a los edificios que demuestran ser responsables en aspectos de eficiencia energética, cero emisiones, diseño bioclimático y construcción sustentable. Existen numerosas certificaciones con este enfoque y cada una se adapta de manera idónea a un contexto geográfico o social específico. La certificación más reconocida globalmente es LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), la cual es otorgada por el Consejo de la Construcción Ecológica de los Estados Unidos, sin embargo también existen otras como Edge, WELL, Living Building Challenge, entre otras.

Mérida ya presenta edificaciones que cuentan con una certificación LEED en alguno de sus cuatro niveles, en diversas tipologías e impulsadas tanto por la iniciativa privada como por la pública y la de la sociedad civil. Se presentan ejemplos tan variados tales como la Torre Uno dentro del complejo Vía Montejo, el Centro Internacional de Congresos de Yucatán, la Casa Ecomaya, la Clínica-Hospital de Segundo Nivel del Issste Mérida, el desarrollo de uso mixto MID Center, entre otros. Quizás no es necesario que cada residencia unifamiliar sea avalada por una certificación de diseño y construcción sustentables, pero por el contrario, los grandes desarrollos habitacionales, industriales y comerciales en definitiva deberían optar por estas acciones si pretenden ser responsables con la ciudad y su ciudadanía.

Conclusión

Las metas transnacionales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible han trazado el camino a seguir para alcanzar la correcta implementación y desarrollo de ciudades y comunidades sustentables. Sin embargo, para lograr esto es fundamental que cada persona se identifique con un ciudadano o ciudadana global y que de esta manera participe activamente en la construcción de una ciudadanía asertiva, justa, inclusiva y responsable (Ramírez, 2016).

Como se presentó a lo largo de este escrito, la ‘Ciudad Blanca’ ha realizado grandes esfuerzos en todos los sectores e industrias, impulsados por alianzas entre los diversos niveles de gobierno del sector público, las empresas y corporaciones del sector privado y las organizaciones sin fines de lucro, universidades, colegios, instituciones religiosas y ciudadanía en general de la sociedad civil.

Para listar y ordenar las iniciativas con un mayor impacto positivo será necesario esperar a que algunas de las mencionadas sean implementadas, tales como el Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable y el Plan de Infraestructura de Ciclovías. Sin embargo, otras ya están activas y listas para que la población las conozca y se involucre, como el programa Mérida Sustentable, la colocación de 4 Mega Puntos Verdes para la recolección de residuos inorgánicos, la creación de Reservas Naturales públicas y privadas, entre otras.

Estas colaboraciones en búsqueda del bien común han rendido frutos a favor de la sustentabilidad, sin embargo, es fundamental no bajar la guardia y al contrario, continuar implementando cada vez más y mejores acciones con el objetivo de hacer de Mérida una urbe verdaderamente sustentable, ya que una ciudad sustentable es una ciudad saludable, activa, ecológica, justa, inclusiva, atractiva, audible, transitable, vibrante, resiliente y autosuficiente (Heywood, 2015).

El conocimiento y la educación son herramientas poderosas, por lo que su divulgación continua, responsable y acertada es esencial. En el caso de la información presentada en este texto, esta servirá para incentivar a la población meridana a que actúe por el bien común en temas de sostenibilidad urbana y de esta manera lograr la utópica ‘Mérida de 10’.

Referencias

Brundtland, G. (1987). Report of the World Commission on Environment and Development: Our Common Future. Recuperado de https://sustainabledevelopment.un.org/content/documents/5987ourcommon-future.pdf

Castiblanco, J., Aguilera, F., y Sarmiento, F. (2019). Principios, criterios y propósitos de
desarrollo sustentable para la redensificación en contextos urbanos informales. Revista de Arquitectura de Bogotá. 21(1), 21-33. Recuperado de: http://dx.doi.org/10.14718/RevArq.2019.21.1.1209

Chan, J. (2 de noviembre de 2020). Se oponen al plan de ciclovías en Paseo de Montejo.
Diario de Yucatán. Recuperado de www.yucatan.com.mx/merida/se-oponen-al-plan-de-ciclovias-en-paseo-de-montejo

Heywood, H. (2015). 101 Reglas Básicas para Edificios y Ciudades Sostenibles. Londres:
RIBA Publishing Organización de las Naciones Unidas. (2015). La Asamblea General adopta la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Recuperado de
https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/2015/09/la-asamblea-generaladopta-la-agenda-2030-para-el-desarrollo-sostenible/

Ortúzar, J. (2018). Movilidad urbana sustentable: Algunos principios básicos y soluciones.
Administración Pública y Sociedad, 6(1),48-62. Recuperado de: https://revistas.psi.unc.edu.ar/index.php/APyS/article/view/21815/22211

Páez, A. (2009). Sostenibilidad urbana y transición energética: Un desafío institucional.
(Tesis doctoral). UNAM, Ciudad de México.

Ramírez, P. (2016). La reinvención del espacio público en la ciudad fragmentada. México:
UNAM

El presente ensayo es resultado de una actividad escolar universitaria.

Gerardo Rembis

Soy una persona entusiasta y apasionada por muchas cosas, sobre todo por la arquitectura. Estudio actualmente en la Universidad Tecmilenio Campus Mérida y me encuentro realizando mi Propósito de Vida en todo momento.

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